sábado, 7 de enero de 2012

Sentir es lo que nos hace humanos.

En el fondo, a todos nos gusta pensar que somos fuertes.Que vamos a poder con todo lo que nos venga encima, que pudimos con lo de ayer y podremos con lo del mañana.Pero ser fuerte no consiste en ponerse una armadura antirrobo, ni esconderse detrás de un disfraz intentando aparentar. Nos disfrazamos y disimulamos.Sí, a todos nos gustar disimular, sonreír delante del espejo intentando engañarnos a nosotros mismos, concienciandonos que no nos pasa nada, salir a la calla pisando fuerte, y que nadie note que en realidad estamos rotos por dentro. Tan rotos que ocupamos nuestro tiempo con cualquier gilipollez para no pensar en lo que nos tiene destrozados, porque el simple hecho de pensar hace que duela.Pero ser fuerte no consiste en eso. Ser fuerte es cuestión de tragar y asimilar aquello que nos hace daño, y eso no se hace de un día para otro, se necesita tiempo, aquello de lo que los humanos tanto carecemos porque somos impacientes por naturaleza.Pero a veces, en la vida no es cuestión de ser fuerte, es cuestión de darse una tregua a una mismo. No nos gusta hacer eso. Porque suele convertirse en un día triste en el que se echa de menos a la gente que ya no está, o simplemente está, pero lejos.Sin embargo, a lo mejor es tiempo de echarse encima de la cama y poner tu lista de reproducción favorita, y si hace falta llorar.Llorar todo lo que haga falta. Porque eso no nos hace menos fuertes, eso es lo que nos hace humanos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario